miércoles, 29 de febrero de 2012

No somos iguales

Esta simple afirmación, que puede parecer machista y retrógada, es una verdad como un templo. Y más si uno lleva unos pocos de meses compartiendo casa con su queridísima y amadísima pareja. Las mujeres y los hombres no somo iguales. En absoluto. Más bien todo lo contrario.
Iba el otro día dándole vueltas a esto en mi bonito metro. Y todo a raíz de algo que me viene como anillo al dedo para ofrecéroslo como ejemplo de mi afirmación:
Mi pareja y yo en casa, por imperativo legal (y sobre todo económico) solemos compartir el desorodante. Es por esto que siempre compro uno que, como pone bien grande en el bote, es unisex, que para los poco cultivados quiere decir que es un producto que si lo usa habitualmente una mujer es moderna y tal, pero que si lo usa un hombre y, además, va y lo dice, la gente lo mira un poco raro pensando en que es más que posible que al susodicho le de bastante igual que la espalda le huela a pecho de gorila.
Total, que como se nos había terminado, mi hermosísima novia, luz de mis ojos y todo eso, se encargó ella misma, en persona y en riguroso directo, de comprarlo ella. Evidentemente, el bote que trajo, de un prístino color celeste (para que luego digan que los machistas somos nosotros), tenía en enormes letras blancas sobre fondo azul un letrero que ponía: "PARA ELLA" (así, en mayúsculas).
Ante mi normal protesta, su respuesta fue que ya lo había olido y que era totalmente unisex, así que no me quedó más remedio echarme un poco y olerlo. Al instante me vino a la mente el anuncio perfecto para aquel bote de desorodante que, según mi amadísima y preciosísima pareja, lo usan machos machotes regularmente, tales como Steven Seagal, Chuck Norris, Stallone y demás fauna masculinísima. El anuncio que se me vino a la mente sería más o menos así:
Plano de un campo de batalla nevado. Sopla una fuerte ventisca y llueve copiosamente. Por el suelo, semiocultos por la nieve, multitud de cadáveres descuartizados, espadas y hachas rotas, todo lleno de sangre y vísceras. Se escuchan gritos y quejidos agónicos de heridos amputados y ensangrentados. Por una loma a un lado del campo de batalla asciende un grupo de guerreros enormes y peludos empuñando armas descomunales con las hojas bañadas en sangre. Visten gruesas armaduras negras, pieles oscuras y yelmos del color de la noche adornados con enormes cuernos, clavos, pinchos y todo aquello que les pueda dar un aspecto aún más feroz y amenazante. En ese momento suena una masculina voz en off. La de Constantino Romero, por ejemplo, que igual te vende un colchón como que pone en jaque a toda la galaxia:
"De los temidos y sanguinarios guerreros del duro y misterioso norte se cuentan terroríficas historias alrededor de los fuegos. Se dice que se comen los ojos y los corazones de sus enemigos caídos para obtener su poder, y que su fuerza y valor sin igual es un regalo de antiguos dioses oscuros a cambio de sus almas..."
En ese momento cambia el plano, y se ve a los mismos guerreros en el floreado y colorido prado que hay tras la colina. Misteriosamente la nieve no ha llegado hasta allí, y los guerreros se dedican a recoger y a oler ramilletes de flores, a bailar entre ellas con gráciles saltitos y a tomar un té de frutas del bosque sobre un mantel bordado en tacitas de finísima porcelana, compartiendo chismorreos y risitas entre ellos. Suena de fondo una musiquilla de anuncio de perfume (tipo pianito suave) y otra voz en off, por ejemplo la de Jorge Javier Vázquez, dice:
"Pero incluso los fornidos guerreros del norte necesitan descansar y relajarse después de la batalla, y para que nada pueda estropearles ese momento, todos ellos llevan en sus cintos, junto a sus espadas, un bote del desodorante "Muerdealmohading", porque nunca se sabe cuando llega el momento del relax y hay que saber aprovecharlo."
En fin, que por Rubio Decreto Ley, en los próximos días no tendré más remedio que ir por ahí oliendo a duro y aguerrido guerrero del norte. ¡Qué le vamos a hacer!
¡Uff! ¡Llego a mi parada! Tengo que bajarme. ¡Hasta el próximo viaje! 

2 comentarios:

  1. Hermano!!Un consejo, si puedes editar otra vez le texto podrás cambiar esto:"Por una loma a un lado de AQUÉL campo de batalla asciende un grupo de guerreros enormes". Ten cuidado con esas cosas y a ver cuán nos vemos que tengo que enseñarte la historia de la que te hablé. Besos.

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    1. ¡Gracias guapa! Ya está arreglado. Menos mal que puedo contar contigo...

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