jueves, 2 de agosto de 2012

Nuevo deporte sevillano: "¡Qué te vas a mating!"

¡Pues sí! Desde que la población "de los de aquí" y visitantes varios se han acostumbrado a mi querido metro, no se ha tardado en poner en práctica un nuevo y bello deporte, creo que de pronta federación, que he dado en denominar "¡Qué te mating!" (Lo de acabar en -ing le da un aire internacinal e importante). Es una bonita actividad de múltiples variables de aplicación. Éstas se desarrollan entre el ligero trotecillo: "lo intenting pero me da igualing" y, ya para deportistas estremos, en la modalidad: "¡mis dienting, mis dienting!"

Lo que pasa, al contrario que en la mayoría de los deportes, éste es más divertido de ver que de practicar (y por supuesto, mucho más seguro). Me explico:

Como todos sabéis, el metro tiene dos tipos de horarios. Uno en el que los trenes pasan cada tres o cuatro minutos (el facilón), y otro en el que pasan cada cuarto de hora más o menos (el "joputa"). Pues bien, por mi experiencia personal, el "¡qué te mating!" se practica indistintamente en ambas franjas horarias. ¿Y en qué consiste exactamente este hermoso deporte? ¡Muy fácil!: El metro se coloca en la estación a punto de salir pitando, y el/la atleta (o atletas), se sitúan en lo alto de las escaleras que dan acceso al andén. Llegados a este punto se da una imaginaria señal de salida y, en un más que optimista intento por llegar al tren (aunque para el siguiente solo queden tres minutitos de nada), los atletas corren, se despeñan y se juegan la vida literalmente, por alcanzar uno de los vagones.

Además, este deporte cuenta con una versión "cross", que es cuando los atletas, además de bajar las escaleras de culo, boca, rodando o demás, lo hacen extremadamente cargados con bolsas, mochilas, maletas y demás géneros de macutos y carga en general. En esos casos este deporte desprende ya unas imágenes bellísimas que quedan irremisiblemente grabadas en las retinas de los espectadores. Esos giros del plástico entremezclándose con los gritos provocados por espinillas golpeándose contra el borde de los escalones...

Como en todos los deportes, existen puristas que, a fuerza de ahostiarse casi diariamente (y eso que los horarios de los trenes son todos los días los mismos. Yo ya me los he aprendido), han alcanzado ya un nivel de excelencia bastante notable.

¿Y el nombre de esta disciplina deportiva? Pues viene claramente de lo que se nos pasa por la cabeza a los sonrientes espectadores cada vez que vemos un más o menos logrado empeño de practicarlo: "¡Qué te vas a matar!"

Pero lo bueno, bueno de esta discilpina, lo que hace que valga la pena tomarse unos segundos en disfrutar de la visión de tantos y tantos (cada vez más) atletas que la practican, es la carita que se les queda cuando el metro les cierra las puertas en sus narices y sale pitando.

¡Uff! ¡Llego a mi parada! Tengo que bajarme. ¡Hasta el próximo viaje!

No hay comentarios:

Publicar un comentario